el conflicto interno que vive Junts per Catalunya en los últimos meses ha elevado su tensión por las denuncia cruzada dentro del debate Aurora Madaula y gran parte de su propio grupo parlamentario. Denuncias que han sido presentadas ante el «tribunal» interno, el tarifa de garantía. El caso es grave en similitud porque está en el juego. acusación de machismo y una respuesta contundente que atribuye a Madaula una actividad agresiva y fuera de lugar en varias ocasiones. Pero las tensiones van a más en Junts y, más allá del pacto con el PSOE, que abre otro paradigma, las distintas familias seguirán en sus posiciones ante una posible congreso extraordinario que aclarar la tensión no resulta entre tendencias internas y entre personalidades, en un juego cruzado que en realidad ya es difícil de discernir. «es una guerray se están librando diversas batallas simultáneamente», retoma una carga directamente conocida desde la party kitchen.
La decisión del expresidente Carlos Puigdemont favorecer la investidura de Pedro Sánchez, en un giro notable respecto a las posiciones de los últimos años, ha generado sabiduría interna. Los más favorables para mantener la estrategia de la empresa. enfrentamiento contra el estadocapitaneado por el presidente de la formación, Laura BorrásNo desdeña su perplejidad, pero a la hora de la verdad la votación interna que hizo reconocer el pacto como Un voto muy minoritario en contra. Sólo 13 de 100 miembros que votó en contra del texto vendido entre Junts y el PSOE.
La estrella de los más radicales existe, pero en esta ocasión el president Borràs, condenado a cuatro años de trabajo a contratos amorosos, se volvió hacia Puigdemont y se alejó del lado del sector más moderado. Un sector que ha evaluado su presión a favor de una ronda de Junts hacia plantilla de posiciones de la mesa política y tiene mucha mayor capacidad para llegar a acuerdos con las distintas fuerzas políticas. Sin embargo, este sector es más moderado, podrías decidir si te lidera el «exconseller» Jaume Giróno tiene la aval de Puigdemont para hacer oficial la gira haz moderación. Al contrario, el «expresidente» sigue mostrando una posición contundente, como demostró hace unos días en Amagar -en una conversación informal con el presidente del PP europeo en Bruselas, en tono provocador- con una moción de censura para hacer caer al Gobierno de Pedro Sánchez si no cumple los acuerdos. Así que el giro hacia el pactismo es un hecho político no reforzado por un liderazgo alternativo a Puigdemont, dentro de Junts.
Borràs, el desconocido
Mientras que los participantes en el camino del enfrentamiento, que en algunas ocasiones también tienen un perfil más izquierdista, no vulneran el confort interno. El pacto con el PSOE es incómodo pero fue validado por el ejecutivo y el consejo nacional con una práctica unánime. Por tanto, al cuidado de Borràs como escudo y estandarte, los más dispuestos a dar el salto al posibilismo son los que se quedan sin palancas. Lo más importante es que en las conversaciones internas más crudas tu conclusión sea esta La convergencia vuelve a enviar. Menciono nombres como el del secretario general, Jordi Turullte gustan los demás Josep Rullpresidente del consejo nacional, Alberto Batetepresidente del grupo parlamentario, o Damiá Calvetescondido en Barcelona, así como perfiles como el de Davide Saldoni, responsable de la política municipal. «Vuelve Convergència y vuelve el autonomismo», prosiguió en privado un ex directivo del sector. Sumado a las elecciones municipales, los candidatos tienen un programa y una sección más convergente enfrentarse mejor La crisis electoral.
El líder
Para completar el ‘tetris’ es necesario poner sobre la mesa la búsqueda de elecciones autónomas. En menos de un año, el partido el candidato o candidata debe ser identificado. Si todos queremos saber -o en todos los casos- que Puigdemont fue quien quiso ponerse al frente, puede ser que nadie pueda o quiera hacerlo. O ambas cosas. Aquí es donde el rompecabezas se complica, porque en los nombres de Josep Rull se reconocen muchas simpatías, pero no puedes descartar ese Giro intención de jugar con las cartas. Todos pedirán la ayuda del expresident y su secretario general, Jordi Turull, tendrá opciones una vez aplicada la amnistía. El problema es que entre estos nombres no existen nada del tipo unanimidadesexcepto Puigdemont.
Diferencias ideológicas
Por si todo esto fuera poco, se sumarán las discrepancias ideológicas que, ahora que el partido es decisivo en el Congreso, florecerán como lo hicieron en el Parlamento. La tensión aumenta cada vez que esto ocurre. tomar posición sobre impuestos, vida protegida o alquiler básico universal, entre otras cuestiones. En el partido conviven quienes defienden claramente la izquierda con seguidores de la doctrina liberal y del pensamiento que buscan la de Isabel Díaz Ayuso en este terreno socioeconómico.
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Con estos diputados y las urgencias electorales que surgirán -tras que el ‘caso Madaula’ se sumó a otras vivas discrepancias internas con el diputado Dalmases, con Borràs y con la forma de actuar de Turull- no hay que extrañar que entre los integrales del partido han desconfianzas cruzadas -por ejemplo, con broncas internas sonadas por filtraciones periodísticas- y una gran opacidad -como sucede en el caso Madaula-. cada uno toma uno posible congreso extraordinariosegún fuentes del partido, párr. resolver la empatía infinita entre Borràs y Turull del cónclave del año pasado.
Este congreso se reunió Pacto Salomónico lleno de tensiones, en cada órgano interno se ha construido con un equilibrio de poderes. Esta toma y daca se ha mantenido latente y enterrada debido a las emergencias de la política catalana. Y ahora lo prefiero mucho reunión abierta que sirve para mediar en el poder de cada uno, antes de seguir esta situación de provisionalidad que genera reuniones de alto voltaje en el grupo parlamentario o en el ejecutivo.