Alberto Núñez Feijóo defendió este viernes»allá política del discurso«, después de que los directivos del Génova se vieran obligados a rectificar a la líder extrema, María Guardiola, para vender un contrato con Vox que le da desde un consejo en el futuro gobierno». En tiempos en la que la palabra no vale nada yo reivindico .la política de la palabra, sin palabras no hay politica“, señaló el presidente del PP en un acto con el sector cultural. Precisamente Guardiola justificó el compromiso que había dado a Ciudadanos la ruptura inicial de las negociaciones con la formación de ultraderecha.
«Yo solo tengo mi palabra y mi trabajo. Ese es mi patrimonio. Los extremos lo sabían y por eso dimos su confianza el pasado 28 de mayo”, aseguró diez días en el enfrentamiento tras la constitución del Parlamento autonómico, que finalmente controla la izquierda por las desavenencias con Vox. Guardiola dejó muy claro que no quería que entraran en su Ejecutivo.”.
Precisamente así supo que hizo un pacto con la formación de ultraderecha, que tenderá la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural y el presidente del PP extremo si se ve obligado a dar explicaciones públicas. «Mi discurso no es muy importante como el futuro de los extremos.Guardiola afirmó ahora. Por el contrario, también apoyó al propio Feijóo, que se ha vuelto un defensor de su condición de político previsible, que no se ha levantado de «una agencia de publicidad» y se mueve mejor «entre reformas, leyes, planificación y presupuestos». En tiempos en la que la palabra no vale nada yo reivindico la poltica de la palabra porque sin palabras no hay política», dijo.
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Desde Génova celebró el pacto extremo con Vox, aunque se detuviera en la costa del paladar de Guardiola y los primeros valores de Feijóo que sólo tienen uno de los días justificaron que la ultraderecha no estuviera curtida en el Ejecutivo por el porcentaje de votos menor que el logrado en la se obtuvo Comunidad Valencianadonde sólo en dos ocasiones decidió ocupar una vicepresidencia de gestión y dos «conselleres».
Pero el malestar generado entre la militancia extremeña y, en general en toda la organización, por dejar pasar la oportunidad de gobernar un feudo del PSOE y por señalar que las declaraciones del presidente extremo suponían el resto de pactos con Vox, hizo que Génova obligue a Guardiola a rectificar.