Alberto Núñez Feijóo explicó estas horas como un vetaron al candidato de Vox a presidir la Generalitat Valenciana, Carlos Flores, porque fue condenado por violencia machista contra su mujer. Sin embargo, mientras relataba cómo se plantaron ante la formación ultra, minimizó la gravedad del delito: «tuve un divorcio dificil y conllevó un abuso verbal hacia su exmujer». Estas palabras, ha denunciado yolanda diazsupone una legitimación de la violencia machista y «le incapacitan para ser presidente del Gobierno».
«Lo obvio es que ayer el señor Feijóo legitimo que si maltratado en las mujeres advierten, intelectualmente y que la violencia estalla encima de nosotros sencillamente porque alguien está en un proceso de separación”, sentenció Díaz en una entrevista en la Cadena Ser. El líder de Sumar tildó de “bárbaro«, las declaraciones del presidente del PP. «Ya no es grave que se legitimen los pactos con la extrema derecha para refrendar los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI, hasta ayer él mismo dijo que era normal que un hombre a una mujer porque se está divorciando”, remató.
Críticas a Sánchez
Feijóo no es el único que recibe críticas. La vicepresidenta segunda también pegó un comunicado del presidente del Gobierno, Pedro Sánchezen el que afirmaba que sus amigos, «hombres entre 40 y 50 años», habían visto parte del ministro de Igualdad, Irene Montero, «algunos discursos han sido incómodos hacia ellos». «Yo no compartí estas afirmaciones. Es una incorrección», les corrigió Díaz.
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“Efectivamente, el feminismo está pidiendo a la sociedad, es un movimiento intelectual que camina por el mismo camino y, por tanto, está pidiendo a la sociedad, por esta es incómodo. Lo que dijo es muy complicado. Cuidado con las cosas que decimos”, aseveró la ministra de Trabajo antes de reiterar que el feminismo es “un movimiento que potencia nuestra visión y nos hace fundamentalmente mejores”.
Sobre las críticas que está recibiendo Montero, y que antes ha negado, por parte de los ministros socialistas, Díaz ha cuestionado que el Gobierno esté «incomunado». Es decir, que todas las decisiones sobre qué leyes se aprueban se toman de manera conjunta. «Lo que no está bien es que juguemos con el feminismo«, concluyó el vicepresidente segundo.