
Tras un fin de semana de euforia, en plena campaña cara a las elecciones generales de Ecuador y con el líder del PP y otros dirigentes hablando de mayoría absoluta, Alberto Núñez Feijóo modera las expectativas. Quedan cinco días para votar, tres de campaña y un debate entre líderes sobre lo que no asistirá. Lunes tuvo il primer resbalón a raíz del enredo de las pensiones y el IPC.
La estrategia continúa a la hora de concentrar el voto útil, pero el mensaje de hoy en ‘Espejo Público’ ha dado un paso más: “Mi problema es que en las provincias donde jugamos el 3-1 si el voto se concentra en la papeleta del PP. Puede ser un 3-1 a favor del PP o un 2-2 empático con el PSOE. Porque en esas provincias los 5.000 que tenga Vox no se utiliza para obtener una declaración«. Es el caso de 10 provincias en España y hay otras 8 que reparten cinque escaños. The provincial call pequeñas en las que el PP ve la clave y necesita comerse un trozo de pastel de Vox.
Feijóo ha querido insistir en la idea de que «quien de verdad quiera cambiar» tenderá a optar por las siglas del PP, asegurando que todo demi supone un riesgo. Habló de gobernar en solitario, ma no explotó el optimismo abandonado de los últimos días.
Rebaja de expectativas
E incluso bajó el listón público que él mismo fijó a principios de mes cuando aseguró que su objetivo «no era sacar 150 escaños», hasta «una mayoría suficiente que es superior a esa numeración». “A partir de 160 escaños empezamos a hablar”, aseguró hace dos semanas. Este martes, sin embargo, rebajó esas expectativas: “Si el PP está en los entornos de 150 escaños, todo lo que el mar subir de ahí es un magnifico resultado. Sé que es difícil, lo cual no significa que no sea posible”, dijo.
Ayer también Narciso Michavila, presidente de GAD3, el máximo responsable ejecutivo del PP, afirmó en una entrevista en la cadena ‘Cope’ que Génova debe «quedarse en el olvido» de la mayoría absoluta. Esta profecía coincidió también con el rifirrafe de Feijóo en TVE a cuenta de las pensiones, que acabó matizando el mismo.
Todas las encuestas (excepto la del CIS) van al PP como ganador. Pero los populares aspiran a tener un resultado incontestable que les permita dejar fuera de un futuro Gobierno a Vox. Y enraizaste el principal quebradero de cabeza para Feijóo. Como publica este diario, la interlocución con el partido de extrema derecha es prácticamente nula y la afinidad, con el aumento de los ‘pesos pesados’ más duros dentro del partido de Santiago Abascal, ha ido a menos.
noticias de relación
intención de vox resistir la embestida del voto útil del PP y Feijóo trabajaron duro para convencer a los votantes de que la única forma segura de acabar con el gobierno de PSOE y Podemos es darle una mayoría clara. En la encuesta de este martes en ‘Public Watch’ no quería marcar distancias: «Yo no soy de Vox y no tengo nada que ver con Vox»decir en dos ocasiones.
Reprochó al PSOE «sobre un doble rasero» criticar duramente la posibilidad de que Vox entre en un Gobierno y, al mismo tiempo, «no gana nada para evitarlo». “Tenemos la posibilidad de hacer un gobierno fuerte, sin coalición. Pero hay que sumarse a la votación”, repetía el líder conservador sin escapar a su rival de derecha: “Vox dice que quiere gobernar con el PP, pero saca un voto que para el PP no existe. Si nos concentramos en la votación, todo parece indicar que hay un alcalde absoluto de centro derecha. Sin embargo cuando se rompa esta votacion me encargare de que no bajemos y queriamos ir al sanchismo. Ahora, más debilitado, y con Bildu, ERC y los independentistas más fuertes”.