La CUP encara un proceso de «refundación». Tras encajar dos malos resultados electorales consecutivos tanto en las municipales como en las generales, la dirección del partido anticapitalista ha decidido tomar cartas en el asunto y emplazar a la militancia a abrir un debate a partir del próximo otoño para renovar su propuesta tras constatar que no ha sido efectiva. No lograron entrar en el ayuntamiento de Barcelona y también se han quedado fuera del Congreso, motivo por el que el candidato y hasta ahora diputado, Albert Botran, ha anunciado este martes que se retira de la primera línia de la política.
En una carta enviada a la militancia, la CUP aboga por una «refundación» tanto de la organización como de la militancia para encarar lo que define como «un nuevo ciclo político» en el que está inmerso Catalunya tras haber dejado atrás los momentos álgidos del ‘procés’ y con un independentismo incapaz de fijar un rumbo y estrategia compartida. El secretariado nacional -la dirección de la formación- lamenta no haber hecho una «buena lectura de la situación, del clima, del momento, del agotamiento y del cansancio» del movimiento y admite no haber «estado a la altura» a la hora de lograr hacer cuajar sus postulados y conseguir representación institucional.
La organización tiene previsto que el debate empiece en otoño, una vez sea validado por el consejo político, y que se alargue hasta el mes de mayo de 2024 con la vista puesta en que su proyecto está redefinido cuando llegue la convocatoria de las próximas catalanas, previstas para 2025. Los ‘cupaires’ han pedido «máxima participación y apertura posible» a sus bases para poder llevar a cabo un proceso que se antoja complejo y que se abordará mediante grupos de trabajo, espacios de debate y congresos territoriales y nacionales para culminar en una congreso que concibe como un reinicio. El objetivo, resumen, es «renovar la propuesta estratégica y organizativa», así como la dirección del partido.
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De hecho, los anticapitalistas ya habían previsto poner en marcha un proceso de debate interno justo después de las municipales, unos planes que quedaron alterados por la precipitada convocatoria de las generales. Entonces ya plantearon varias vías en las que consideraban que tenían que profundizar: el final del ciclo político, la adecuación de la organización a la nueva coyuntura y la definición de una nueva hoja de ruta para superar el «bloqueo político» en el que consideran que está Catalunya en estos momentos.
La CUP no tiene representación en el ayuntamiento de Barcelona desde 2019, situación que no logró revertir el pasado en los comicios del 28 de mayo, y concurrió por segunda vez a las generales el pasado domingo, cuando las urnas no revalidaron los dos diputados que obtuvieron hace cuatro años. Unos comicios en los que el independentismo bajó del millón de votos.