Después Junta Central Electoral (JEC) conceda el retiro del cebo al suspendido presidente de la Parlamento y la líder de las Junts, Laura Borràs, que fue condenada a cuatro años y medio de prisión por 13 años de incapacidad por los delitos de falsedad y abuso, la Sala Catalana se reunió el pasado mes de junio para ejecutar la decisión de notificar al Tribunal Supremo que desestima las cautelas. La decisión implica que Borràs sigue el piso de la Cámara catalana sopesando que la sentencia aún no es firme, y marca como futuro político la convergencia dentro y fuera de JxCat.
El relevo en el Parlamento
El Parlamento él llevó a cabo la orden, como se esperaba. extensión ERC Aclaró que este caso no estaba relacionado, por derecho propio, con la «represión» del Estado a la independencia y no apoyó a Borràs en su intención de no apartarse como presidente de la cámara ni en su respuesta a la sentencia. Los republicanos creen que la JEC se extralimita, pero dehí de desobedecer y conceder una sanción tiene un gran trecho.
Además, la Mesa cuenta con dos precedentes, el caso del diputado pablo juvilla y el del ‘ex-presidente’ quim torratambién aparte de una sentencia y, en el caso del primero, Borràs, con funciones entonces de presidente, no cumplió su promesa de cegar al Parlamento, ya que la Cámara actuó quitándoles el acta de diputado.
Ahora se abre el baile de sillas para llevárselo al frente del Parlament, que lleva meses en interinidad. Los fieles a Borràs han lanzado la posibilidad de dejar vacante el cargo, algo que choca con las intenciones del secretario general, Jordi Turul, quien formalmente no muestra sus papeles. Si JxCat no tiene muchas cartas capaces de acceder a la carga de un diputado de otros partidos si forjan las alianzas necesarias, pero ERC se abre a pactar con los puntos convergentes un papel tranquilo de perfil moderado como es Anna Erra o Marta Madrenas.
La gran batalla sera la que estara libre dentro de ti Llegómucho más después de la victoria de Javier Trias en las elecciones de Barcelona. Que ahora es una guerra de guerrillas silenciosa entre los campos de Borràs e quienes la detestan, si es que se puede convertir en batalla campal.
La contienda puede acabar con la convocatoria de un congreso extraordinario y con peticiones explícitas para que Borràs asuma la responsabilidad. Si pudieras activar la cuota de garantía, que es la que tienes que decidir si tu caso es’ley‘ (guerra judicial) o no.
La pregunta básica sigue la existencia de dos mentalitas contrapuestas sobre qué tiene que ser Junts (un movimiento independentista o un partido moderado), sobre las vías para acceder a la independencia y sobre la posición de JxCat en el eje izquierda-derecha.
Los que quieren recuperar la moderación y la centralidad están hartos de Borràs y blanden sus resultados electorales. Las llamas al líder denuncian que el partido se está volviendo autonomista y derechista.
Pesando la desestimación de las medidas cautelares, Borràs acude a ocultar su inocencia ante el Tribunal Supremo. Sus argumentos siguen siendo no solo que es inocente, sino víctima de una «persecución política», con un caso que se ha instruido «de forma irregular» a su parecer (pese a que los Mossos se llevaron a cabo parte de l’investigación) y con una frase que crea que carece de fundamento. Sin embargo, ningún otro partido independiente o parte por cuenta propia siguió en esta aventura, que quedó claramente delimitada cada vez que organizaba actos de desfalco con el presidente de JxCat.
El recurso judicial no será rápido y, mientras la sentencia tiene la JEC tomo sus medidas contra el escaño de Borrás. Denuncia una aplicación invasiva del órgano administrativo que, sin embargo, con fundamento jurídico, la LOREG, que impide la baja de la empresa sin sentencia.
No existe un criterio uniforme para el manejo de los casos de corrupción política y sus consecuencias en las cargas de trabajo investigadas. Los partidos acordaron que la apertura del juicio por delitos vinculados a la corrupción fue razón suficiente para suspender la aplicación del artículo 25.4 del reglamento (lo hace diez años el entonces ‘presidente’ Artur Mas), pero cuando afectó a las propias filas, las Las fuerzas políticas suelen cambiar su apariencia. En el caso de Borràs, Junts alegó ‘lawfare’ y no necesitó enriquecimiento personal para oponerse a la suspensión.