Leonor de Borbón Ortiz cumplirá el martes 18 años y jurará el acatamiento a la Constitución en una sesión solemne en el Congreso de los Diputados. La Princesa de Asturias se comprometerá a “guardar y hacer guardar” la Carta Magna y las leyes, y respetar los derechos de los ciudadanos y las comunidades autónomas, además de ser fiel al Rey.
Esta ceremonia es un hito para la dinastía borbónica, que marca su futuro aunque no ha despejado su presente. Las vicisitudes por las que ha pasado la familia real en los últimos años debido a las actividades privadas de Juan Carlos I quedarán patentes en el acto del Congreso de este martes: el rey emérito no estará en el hemiciclo. Ni Felipe VI ni el Gobierno han creído oportuno que el exjefe de Estado esté presente en el juramento de Leonor ni en el posterior almuerzo oficial en el Palacio Real con las más altas instituciones del Estado.
El antecedente con Don Juan
El antecedente más claro, el del actual Rey cuando cumplió los 18 años, pone de manifiesto la anomalía. Aquel 30 de enero de 1986, en la Cámara baja estuvo Don Juan de Borbón, el abuelo del protagonista, y eso que el conde de Barcelona no había llegado a ser jefe de Estado, algo que Juan Carlos sí ha sido durante 39 años. Esta ausencia del emérito en los dos actos institucionales de la jornada ha llevado a la Zarzuela a decidir que la reina Sofía tampoco esté ni en la Cámara baja ni en el Palacio Real para no poner de relieve las diferencias entre su todavía marido y ella.
El emérito dice que viaja a Madrid, pese a no estar invitado al Congreso, porque lo «más importante» es «estar con su nieta y su hijo” en El Pardo
El emérito y Sofía verán a su nieta y al resto de la familia al final del día, en el Palacio del Pardo, en las afueras de Madrid, donde tendrá lugar la tercera etapa de esta jornada histórica. La Zarzuela ha remarcado el carácter privado de esa última parte, así que no es seguro que vaya a trascender alguna imagen. Allí se puede producir el reencuentro de Juan Carlos y Sofía con sus hijos (Felipe, Elena y Cristina), una coincidencia de los cinco que no se da desde enero de 2020, cuando asistieron al funeral de Pilar de Borbón, hermana del emérito.
Charla con su hijo
El exjefe de Estado llegará a Madrid desde Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) el mismo martes y volverá por la noche, según anunció el viernes la Agencia Efe. Un viaje exprés que pone de manifiesto la mala relación de Juan Carlos I con su familia. Fuentes del rey emérito apuntaron a Efe que, pese a no estar invitado al Congreso ni al Palacio Real, ha decidido viajar a España porque lo «más importante» es «estar con su nieta y su hijo” en El Pardo y también señalaron que desea tener una conversación con Felipe VI. Ambos ya hablaron a solas largamente en mayo de 2022, la primera vez que Juan Carlos I volvió a España después de su exilio voluntario en Abu Dabi.
En agosto de 2020, el emérito decidió, junto a su hijo y el Gobierno de Pedro Sánchez, que era mejor irse a vivir a Emiratos para intentar que las informaciones que relataban la fortuna oculta de Juan Carlos I no dañaran a la institución monárquica. En este tiempo, ha vuelto en varias ocasiones a visitar a sus amigos de Galicia y navegar, mostrando algo más discreción en cada nuevo viaje.
La decisión de poner tierra de por medio de Juan Carlos llegó después de que Felipe VI rompiera públicamente con él, en marzo de 2020, fecha en la que anunció que renunciará a la herencia el día que muera. El actual Monarca lo hizo en un comunicado en el que también intentó salvaguardar a su hija de las consecuencias de heredar dinero amasado por el abuelo en algún “activo, inversión o estructura financiera”. Felipe VI la citó directamente como posible beneficiaria de la Fundación Lucum y, en la nota enviada por Zarzuela en marzo de 2020, aseguró que la Princesa de Asturias en ningún caso tampoco “aceptaría participación o beneficio alguno en esa entidad”.
Felipe VI impondrá a su hija el Collar de la Real Orden de Carlos III, la más alta distinción del orden civil
Esta fundación, que funcionó entre 2008 y 2012, estuvo investigada por la Fiscalía Anticorrupción por recibir supuestamente 65 millones de euros de Arabia Saudí, aunque la fiscalía archivó el caso por dos razones: porque los delitos del fraude estaban prescritos (entre 2008 y 2011) y porque no se podían perseguir (año 2012) porque Juan Carlos era todavía jefe de Estado y estaba protegido por la inviolabilidad que le concede la Constitución.
Antes de ese reencuentro de los Borbones en el Pardo y tras salir del Congreso, la familia real y el Gobierno irán al Palacio Real, donde Felipe VI impondrá a Leonor el Collar de la Real Orden de Carlos III. Este galardón, cuyo origen se remonta al siglo XVIII, es la más alta distinción del orden civil que existe en España y se concede, por decisión del Ejecutivo, a miembros de la familia real y a personalidades que hayan realizado servicios extraordinarios a la nación. Apenas una quincena de personas vivas lo tienen en estos momentos. Entre otros los expresidentes de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y México, Enrique Peña Nieto.
Vuelta al mundo en barco
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Leonor se convierte en un reclamo más para una monarquía que pasó horas muy bajas en la última etapa de Juan Carlos I. A su formación como cadete en la Academia General Militar de Zaragoza seguirán otros dos años más en la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra), cuando se embarcará en el buque escuela ‘Juan Sebastián Elcano’ para dar la vuelta al mundo, y un último curso en la Academia General del Aire de San Javier (Murcia), en el periodo 2025-2026.
Después, si sigue el mismo camino que su padre, como parece, seguirá su formación civil (Felipe VI hizo Derecho) y completará su educación post-universitaria en el extranjero. Todo para estar lo mejor preparada para asumir en cualquier momento la jefatura del Estado.