jueves, octubre 10

Los empresarios que sí pueden influir en Puigdemont

El ‘expresident’ Carles Puigdemont ha dado muestras en el pasado y en la actualidad de que no se deja influir fácilmente y que es especialmente terco en sus planes independentistas. Eso sí, también ha mostrado siempre disposición a escuchar. En especial a quienes considera referentes políticos, sociales o empresariales. En este último terreno, hay una gran distancia entre el empresariado claramente no independentista y el que sí simpatiza con el nacionalismo. En el primer terreno, nombres como el responsable de Foment, Josep Sànchez-Llibre, exdirigente de Unió junto a Josep Antoni Duran Lleida, es de los que difícilmente convencerá a Puigdemont. En el segundo, existen algunos nombres y organismos más cercanos.

Uno de ellos es el de la Cambra de Comerç de Barcelona, de mayoría secesionista y pilotada por Mònica Roca, quien ya ha hecho pública su posición, cercana a la de Puigdemont: «La economía catalana no se resiente de elecciones en el Estado. El empresariado que se nos ha acercado está harto de la represión económica y ya no se cree ninguna promesa de inversión de ningún tipo. Lo único que puede frenar la represión económica es el estado propio».

Otros nombres del sector con ascendencia sobre Puigdemont, según fuentes del sector, son Joan Font, CEO de Bon Preu i Esclat, o Joaquim Boixareu, accionista y Consejero Delegado de Irestal Group, multinacional del sector del acero inoxidable, que fue presidente del lobi Femcat. También podrían tener influencia en el ‘expresident’ los responsables de la empresa Parlem, el grupo de telecomunicaciones catalán que se dirige explícitamente al público con sensibilidad nacionalista. Femcat, una fundación privada de empresarios nacida en el 2004 con la voluntad de «hacer de Catalunya uno de los mejores países del mundo», es igualmente de las que puede tener ascendente sobre Junts y sobre su líder.

Octubre del 2017

Durante las decisivas jornadas que precedieron a la declaración de independencia de octubre del 2017, Puigdemont recibió directa o indirectamente numerosas sugerencias del sector empresarial, en demanda de prudencia y en algunos casos con voluntad de ejercer la mediación ante instituciones del Estado. Puigdemont escuchó pero como es conocido, finalmente tomó una decisión diferente casi en el último minuto: proclamar la independencia.

Una organización empresarial, con menos ascendente sobre Puigdemont, de la que tampoco rehuye es Pimec. Su presidente, Antoni Cañete, que ganó las últimas elecciones a este entidad y frenó el paso a la candidatura independentista encabezada por Pere Barrios, reconoció en una entrevista con EL PERIÓDICO que habían transmitido a Junts que no formar Gobierno «sería irresponsable». Y que le habían explicado que en la negociación no debe haber «posiciones extremas que dificulten el diálogo y el acuerdo».

Esta organización empresarial alerta de que entrar en 2024 sin un Ejecutivo formado «no es un buen escenario» y además, agregan, no contar con el Gobierno supone renunciar a las palancas para revertir la previsible desacleeración de la economía.

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Aunque no es una organización próxima, ni mucho menos y es vista por el independentismo como su opuesto, Foment también podría jugar algún papel. Su presidente, Josep Sánchez Llibre, procedente de la política y acostumbrado al pactismo, mantiene una excelente relación con la presidenta independentista de la Cambra de Comerç de Barcelona, Mònica Roca, y podría hacer llegar al ‘expresident’ a través de esta mensajes desde ‘el otro lado’, según fuentes empresariales.

Tras el 23J, esta organización patronal reclamó a los políticos que se centren en los retos económicos y sociales a los que se enfrenta España. Y subrayó que estos deberían ser parte de los elementos que conformaran el trasfondo de los pactos que serán necesarios para la investidura de un presidente.