jueves, octubre 3

Los movimientos israelíes apuntan a una pinza de la Ciudad de Gaza

Desde que Israel anunció el pasado viernes que la guerra que libra contra Hamás entraba en una nueva fase, una declaración que fue seguida de un incremento sustancial de los bombardeos aéreos y de la entrada y permanencia de tropas y carros de combate en el norte de la Franja, la gran pregunta es si se va a producir o no una incursión terrestre en la Ciudad de Gaza. Por el momento, el Ejército israelí se aproximó ayer a la periferia de la localidad y cortó la carretera de Salah al-Din (ver punto 2 del mapa). Según ‘The Guardian’, los carros de combate israelíes se movieron y operaron en las afueras de los barrios de Shejaiya y Al Zeitoun, situados en las proximidades de esa estratégica carretera que recorre 45 kilómetros.

Se trata de un movimiento de importancia, pues la carretera de Salah al-Din atraviesa la Franja y transcurre desde el paso de Erez (en el norte) al paso de Rafah (en el sur, en la frontera de la Franja con Egipto y donde ahora se concentran miles de refugiados palestinos que aguardan ayuda humanitaria).


La incursión terrestre de Israel en Gaza

Norte: El Ejército israelí confirma la entrada de tropas adicionales en la Franja de Gaza, incluyendo infantería y carros blindados

Zona sur de Ciudad de Gaza: Carros blindados israelíes cortan la calle Salah al-Din, en el centro de la gobernación de la ciudad de Gaza, según testigos locales

liveuamap, Map Tiler y elaboración propia/ ABC

La incursión terrestre

de Israel en Gaza

Norte: El Ejército israelí confirma la entrada de tropas adicionales en la Franja de Gaza, incluyendo infantería y carros blindados

Zona sur de Ciudad de Gaza: Carros blindados israelíes cortan la calle Salah al-Din, en el centro de la gobernación de la ciudad de Gaza, según testigos locales

liveuamap, Map Tiler y elaboración propia/ ABC

Posible asedio

Con ese movimiento, el Ejército israelí opera por el terreno como si estuviera preparándose para asediar la Ciudad de Gaza a través de una pinza, en la que también aislaría la mitad norte de la Franja de su mitad sur. El objetivo consistiría en focalizar sus acciones en esa mitad septentrional, de manera que sea allí donde se concentren los combates entre los terroristas y los militares.

Si al final se producen, los enfrentamientos con Hamás supondrán todo un desafío para el Ejército israelí, que, aunque bien entrenado y pertrechado, tendrá que hacer frente a uno de los escenarios que mayor quebradero de cabeza pueden causar a unas tropas regulares que se mueven por un terreno desconocido: la guerrilla urbana, casa por casa y esquina por esquina, contra un grupo terrorista fanatizado, cuyos miembros valoran escasamente su vida y no tienen, además, nada que perder.

Como han reiterado los analistas, como el general (r) Pedro Pitarch en ABC, la guerra urbana siempre es «más favorable el que defiende que para el que ataca». Por lo tanto, los choques en la Ciudad de Gaza puede convertirse en un momento particularmente desfavorable para los israelíes. El subsuelo de la localidad recuerda a un hormiguero atravesado por túneles -lo que se conoce coloquialmente como el ‘metro de Gaza’-, un laberinto que los terroristas conocen a la perfección y por los que se pueden desplazar de forma traicionera e inesperada para las tropas regulares. De igual modo, el Ejército israelí tendría que llevar a cabo la incursión con la tremenda presión de que sus acciones no pongan en peligro a los rehenes, muchos de los cuales, según las informaciones disponibles, se encuentran cautivos en los túneles a manos de Hamás.

Además, el Ejército israelí deberá evitar provocar daños innecesarios a la sufriente población civil palestina de la Franja. Medir su respuesta será fundamental para que la situación en Oriente Próximo no se contagie y se descontrole y para que Occidente no muestre cada vez más reservas en su apoyo.