Pedro Sánchez nunca creo que María Guardiola cuando lo prometió no pensó que iba a gobernar con Vox en Extremadura. El pacto de este viernes entre el PP y la formación ultraderechista para formar la coalición en esta autonomía, que pone de manifiesto un giro radical del candidato popular y también la fuerza de la unión entre Alberto Núñez Feijóo Sí santiago abascal, sin suposiciones No sorpresa para el presidente del gobierno. Pero sí representa, dentro de la preocupación por la involución que supone este tipo de acuerdos, una oportunidad.
“En Extremadura ha ocurrido lo que sabíamos que iba a ocurrir. El PP y Vox gobernarán conjuntamente desde donde puedan. De donde sumen, gobernarán y serán retrocedidos. todas las deudas tomar nota de los acuerdos que están llegando el señor Feijóo y el señor Abascal”, señaló Sánchez desde Bruselas, donde participó en el Consejo europeo lo que sirvió para dar el pistoletazo de salida a la presidencia española de la UE, que empezó el sábado y se prolongó hasta finales de año, con la incógnita de si quien acabará el mandato de la UE será Sánchez o Feijóo.
La reactivación está en curso
Frente a la hipermovimiento de los votos de derechas, el electorado progresista dio sintomas de apatía el pasado 28 de mayo, cuando el PSOE perdió una enorme cuota de poder territorial tras las elecciones autonómicas y municipales. Sánchez espera reactivar la izquierda el 23 de julio, día en el que se celebran las elecciones generales, mano de alarma provocada por los pactos del PP con Vox en las comunidades (actualmente tres: Valencia, Baleares y Extremadura) y numerosas localidades. De momento, estos acuerdos han servido para que los populares lo adopten lenguaje de negación de la extrema derecha sobre la violencia de género y también acepta la retirada de las Banderas LGTBI en varios cabildos.
Al mismo tiempo, la alianza en Extremadura le sirve al candidato socialista para reforzar su tesis según la cual Feijóo gobernará con Abascal en coalición, por lo que el presidente del PP asegurará que no se trata de intención. Guardiola dijo lo mismo tras el 28M, aunque de forma mucho más bluntente que el líder de su partido, y ha terminado pactando, en lo que supone una Chiara Vittoria De Vox.
“Yo no puedo dejar entrar en mi Gobierno aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes ya quienes despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI. Mi promesa y mi tierra no son cambio de divisas de nada”, aseguró la próxima presidenta extremeña hace solo 10 días. Este viernes, Guardiola, visiblemente incómodo, si se vio obligado a justificar su dramática marcha atrás. «A mí la palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños”, señaló en Mérida. Poco después, en Madrid, Feijóo ha dicho exactamente lo contrario: “En tiempos en los que la palabra de algunos políticos no vale nada, yo reivindico la política de la palabra. Sin palabra no hay política”.
La preocupación en Bruselas
Uno de los motivos de Sánchez para adelantar las generales, entre la debacle socialista del 28M, fue precisamente que la precampaña y la campaña coinciden con la negociación entre PP y Vox. El PSOE cree que la estrategia ha funcionado, con Feijóo obligado a defender esos polémicos acuerdos, que pueden hacer mucho por movilizar al votante progresista como para desalentar a los moderados que creyeron que apoyaría al PP. Y también para mostrar la imagen interna del líder conservador.
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“Lo que estamos viendo en Extremadura, en Valencia y en muchos ayuntamientos es un corte obscena de los derechos a cambio de votos. Salir de una institución pública de banda LGTBI es un derecho. Y eso merece el reproche más redondo. Causa sonrojo. En Bruselas mantuvo conversaciones con distintos líderes que están sorprendido y decepcionado de la revolución de ciertas discusiones donde España había sido un ejemplo y ora estamos siendo un contraejemplo”, ha apuntado Sánchez, que el sábado, al término de la presidencia española de la UE, viajará a Kiev para entrevistarse con el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.
Frente a la mayoría de las encuestas, que se sientan claramente por detrás de Feijóo, el candidato socialista se muestra convencido de su victoria dentro de tres semanas. Al menos, en público. Este muchos años le preguntó si estaba comprometida informar a Feijóo sobre la presidencia europea en caso de que el líder del PP llegue a Moncloa. “Como vamos a ganar las elecciones, no se dará el caso”, rebatió.