Tras meses navegando por una travesía complicada -los resultados de las últimas generales, las marchas de dirigentes destacados y la convicción del PP de que podrían achicar a su rival por la derecha- Vox intenta recuperar la forma y enviar el mensaje de que es un fenómeno político que no ha tocado techo y, sobre todo, que no va a desaparecer. La resaca de las vascas y, sobre todo, las catalanas de hace una semana, donde mantuvieron sus 11 diputados a pesar del crecimiento de los populares, le han insuflado oxígeno al partido de Santiago Abascal. La lectura en la dirección nacional es clara: tienen un suelo de electores consolidado y hay mucha gente que no volverá a votar al PP. Esa fidelidad de voto le permite pensar en que no habrá una debacle similar a la de otros partidos como Ciudadanos en la derecha o Podemos en la izquierda.
Abascal cuenta este domingo con un aliado decisivo para el próxio gran objetivo, las elecciones europeas de junio: el empuje de sus socios internacionales en el continente y el resto del mundo. La convención de este año, con el nombre de ‘Viva Europa 24’, está realmente organizada por el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos en Bruselas, la familia europea a la que pertenece Vox. Y precisamente en todos estos líderes se está apoyando Abascal este fin de semana -el plato fuerte llega hoy- para tratar de relanzar el partido. Si el sábado el líder ultraconservador en España se dio un baño de masas con militantes y simpatizantes, en la jornada final estarán presentes las estrellas mundiales de su corriente ideológica, con la máxima expectación centrada en el argentino, Javier Milei.
Ambos compartieron un encuentro privado por la tarde el sábado. «Los argentinos tienen un gran presidente y el socialismo globalista un gran problema«, escribió Abascal en su cuenta de ‘X’ (antes Twitter) con una imagen de ambos. Milei, a su llegada a la capital el viernes y sin tener agenda oficial ni verse con ningún miembro del Gobierno de España, hizo una revelación en la presentación de su último libro en el foro ‘La Razón’ que pretendía convertir en una declaración de intenciones inequívoca: «Cuando yo era un ser despreciable que nadie me quería, digamos que el único que me abrazó fue Santiago Abascal”. Por eso, declaró, era «un imperativo moral» acudir a la cita en Madrid.
Ya el sábado por la mañana el excéntrico dirigente terminó celebrando una reunión con grandes empresas del Ibex 35, a las que explicó sus recetas económicas en la Embajada de Argentina.
En el entorno de Abascal se vanaglorian de que el único interlocutor político del nuevo icono del presidente argentino sea Vox. Afirman que se trata de «un espaldarazo» clave para su formación, y no esconden que las palabras sobre el líder de Vox tienen un significado muy importante para ellos. El cabeza de lista para las europeas, Jorge Buxadé, ironizó sobre la posibilidad de que tuviera planeada una reunión con el Gobierno de Pedro Sánchez. «No parece muy lógico después de que el Gobierno haya atacado al propio Milei y al pueblo argentino», dijo, en referencia al rifirrafe protagonizado hace semanas por el ministro Óscar Puente, que acusó al presidente de Argentina de consumir drogas.
Aunque las miradas se dirigen a Milei fundamentalmente, la convención de Vox reúne a la plana mayor de los conservadores en toda Europa: estarán la candidata a la presidencia de la República francesa, Marine Le Pen; y el presidente de Chega y diputado portugués, André Ventura, entre otros. El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán; y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, participarán por vía telemática.
Otra de las visitas más destacadas será la del ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel y combate contra el Antisemitismo, Amichai Chikli, cuya presencia ha defendido Vox por su compromiso con ese país “ante la gran amenaza que supone Hamás para toda la comunidad internacional”. El enfrentamiento con la posición del Gobierno de España está garantizada, ahora que además Sánchez planea recuperar el reconocimiento unilateral del Estado de Palestina para los próximos días.
La extrema derecha avanza
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Vox lleva tiempo intentando explicar por qué sus socios de medio mundo crecen y ellos en España no lo consiguen. Pero los asesores de cabecera de Abascal defienden que es cuestión de tiempo. La extrema derecha ha ido ganando posiciones en todo el planeta y Vox cree que hay margen de crecimiento también aquí a pesar de que el PP trabaja en cada elección por aminorar su espacio.
Las europeas son una cita importante también para ellos. Génova, que aspira a ganar las elecciones con cierta ventaja, asume ya que el partido ultra también crecerá. Tiene lógica porque Vox parte de tres diputados. Los consiguió en 2019 antes de que comenzara su fase de crecimiento con las generales de noviembre de aquel año en las que llegaron a tener 52 diputados. Luego se desinflaron, pero ya están en varios gobiernos autonómicos y municipales.
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El PP necesita concentrar el voto de la derecha para distanciarse del PSOE en la cita comunitaria. Pero ese objetivo es complicado porque Vox también aspira a explotar los grandes debates: inmigración irregular, seguridad, la defensa del campo y, de la mano de todo ello, la batalla cultura en favor de la tradición y en contra de la globalización. Para el último objetivo tiene apoyos sólidos en toda Europa que van a cantar la misma canción.
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En la dirección nacional, de hecho, planearon esta convención en clave europea con ese objetivo: que sirva de trampolín para la campaña que arranca en solo unos días y que necesitan que termine con un crecimiento importante en las urnas para enviar el mensaje al electorado de que el partido aguanta y tienen capacidad de neutralizar la fuerza del PP.