Google enfrenta juicio en Estados Unidos para no perder Chrome

En el marco de un juicio antimonopolio en Estados Unidos, una destacada empresa tecnológica defendió ante un tribunal su derecho a conservar su navegador web, argumentando que su desinversión no resolvería las preocupaciones sobre su dominio en el mercado de búsquedas en línea.

En las últimas audiencias, los representantes legales de la empresa expusieron sus razones ante el juez de distrito Amit Mehta, quien está considerando posibles acciones para corregir la situación después de haber concluido que la compañía tenía un monopolio ilegal en el ámbito de las búsquedas.

Los abogados del gobierno de Estados Unidos han sugerido que la compañía se separe de su navegador, argumentando que su fusión con el buscador fortalece su posición predominante y restringe la competencia. Asimismo, proponen vetar acuerdos que establezcan su buscador como opción por defecto en dispositivos de firmas como Apple y Samsung.

La argumentación de la compañía afirma que no existen pruebas definitivas de que los usuarios preferirían otros motores de búsqueda si no existieran tales contratos. Mencionan casos como el de Verizon, que instaló previamente el navegador en sus aparatos, aunque cuenta con su propio motor de búsqueda y sin un acuerdo contractual.

Por su parte, el Departamento de Justicia argumenta que la empresa ha rechazado solicitudes de mayor flexibilidad por parte de socios como Apple, a quienes se les pagaron sumas significativas para establecer su motor de búsqueda como predeterminado. Señalan que estas prácticas dificultan la entrada de nuevos competidores, especialmente en un contexto donde la inteligencia artificial está transformando el acceso a la información en línea.

El juez Mehta ha expresado escepticismo respecto a las propuestas de la empresa, considerando que podrían ser insuficientes para restaurar la competencia en el mercado. Se espera que emita una decisión final sobre las medidas correctivas en agosto.

Este caso podría sentar un precedente significativo en la regulación de las grandes empresas tecnológicas, particularmente en relación con la integración de productos y servicios que podrían consolidar posiciones dominantes en el mercado.