viernes, septiembre 20

La batalla de la ley de amnistía plantea a Feijóo replantear la reestructuración del Poder Judicial, por Ernesto Ekaizer

‘En fragante’. Frase procedente de una distorsión de la expresión jurídica latina ‘inflagranti’ (‘delicto’), que significa ‘en el mismo momento en que se produce un delito o, por extensión, cualquier acción censurable’: «Si se ha instalado aquí buscar […] con el objetivo de expiar a su esposa y sorprenderla ‘en fragante'», RAE.

Por eso, aparentemente sorprendió que el mes pasado el portavoz del Partido Popular, Borja siempre. Tras explicar que el PP quiere «que sean los jueces quienes eligen a los jueces, si esto se acepta, podemos hablar»; «Sí [el Gobierno] «No lo acepten, con nosotros no», añadió, en línea con la afirmación del extravagante portavoz parlamentario. Miguel TelladoEl pasado 1 de diciembre: «Pedro Sánchez Quiero controlar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como lo hizo con el Tribunal Constitucional. Por eso no nos hablan».

La fórmula popular, por tanto, fue, según fuentes del partido, muy escueta: «Sí no reforma, no renovación del CGPJ».

Sin embargo, el PP, con sus antenas puestas en Bruselas, desvistió tarde al muñeco. Es el comisionado de justicia, Didier Reyndersdurante una reunión de ministros de Justicia, repitió varias veces: «La reestructuración del CGPJ es la prioridad y sólo a partir de entonces se debe iniciar el proceso de reforma. Es la recomendación que hemos dado a todos los actores implicados en el proceso y eso vamos a repetir.»

Sin embargo, Reyndersque también tiene sus antenas en Madrid -léase la «hermosa amistad» -Bogart ‘dixit’ en ‘Casablanca’ (1942)- que mantiene con el diputado Esteban González Pons– También digo que no habría ningún inconveniente a la hora de trabajar en la nueva ley.

Aprobación al unísono

Ahora, el lunes por la noche, feijoo Ordenó dividir el ataúd de otra manera: si se renovaba el CGPJ y al unísono se abría una nueva ley y se podría contactar con el PP. Es el mismo hombre con el que expuso, en sentido figurado, Feijóo y luego le cambió el cuello.

Pero ojo, fracasará primero en su intento de bloquear al alcalde progresista en el Tribunal Constitucional a finales de diciembre, y frustrará su recurso ante la Moncloa, previsto como máximo para el año 2024 (lo dijo, en el calendario) teoría existente antes de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo que aceleraron la decisión de Pedro Sánchez Desde la anticipación de los cómics hasta el 23 de julio), el escenario ha cambiado.

feijoo Debería mantener la respiración asistida como hace el CGPJ, sin capacidad para crear números durante largos años. Se puede sacar la rentabilidad de las declaraciones y informes -el ruido y el furor- ​​de un CGPJ caduco -cinco años, si dice listo- que ya huele. Pero no hay ningún plan.

Sobre todo, porque tuvo la batalla de la ley de amnistía. Y su destino final si pasa a decidir ante el Tribunal Constitucional. Actualmente hay 11 magistrados (uno vacante, el conservador Alfredo Montoya, que debe numerar el Senado), de los cuales usted es del sector progresista y cuatro de la derecha. Sois cuatro. Con el reemplazo de Montoya las fuerzas quedarían en este a cinco.

Pero para ocupar la plaza del Senado, el PP debe contactar con el PSOE (el PP tiene la mayoría absoluta, pero necesita 3/5 de la cámara). En el frustrado pacto de renovación, Feijóo-Sánchez coincidió en el punto de reposición.

Correlación de fuerzas

El PP tuvo que crear una correlación de fuerzas similar a la que acabó con la sentencia sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña en 2010, donde la recusación dictada por el magistrado Pablo Pérez Trempslas scaramuzas alrededor del presidente María Emilia Casasquien finalmente asumió la ponencia, y la muñeca inesperada del magistrado Manuel Aragón -nombrado a propuesta de José Luis Rodríguez Zapatero.-Culminó cuatro años de empantanamiento en un resultado que luego se convertirá en la culminación del proceso.

El PP ya conoce la iniciativa del magistrado Juan Carlos Campo abstenerse de la ley de amnistía -propuesta que seguramente el pleno del TC resolverá en un futuro próximo- y, por tanto, las fuerzas protagonizarán 6 progresistas contra 5 derechistas. Esto ya es mucho más. Pero hay otro caramelo apetecible: el promotor, como he hecho con Pérez Trempsla abstención de la magistrada Laura Díez, por su origen en la ministra de Presidencia del Gobierno, donde colaboraba con la ministra Félix Bolaños. ahora sí bolaños Es una pieza fundamental, que contiene el hecho de que dirigió la parte jurídica -la proposición de la ley de amnistía- con Junts y con Esquerra Republicana de Catalunya.

La espada de Damocles cuelga de la cuarta sección de la Tercera Sala, del Contencioso Administrativo, del Tribunal Supremo, arriba Campo y Diez. Porque Vox repitió los números. La cuarta sección, que canceló los números fiscales de la sala de la togada militar, Dolores Delgado; el presidente del Consejo de Estado, maddalena valerio y del fiscal de menores Eduardo Esteban– eso es lo que solucionará.

Legitimación activa

El pasado mes de junio, dijo un auto en el que recibió la petición de la Fiscalía para evaluar el recurso de Vox por falta de legitimidad porque “en este momento el proceso no puede resolver la excepción procesal planteada por falta de legitimación activa”. Quisiera señalar, por tanto, que la decisión «debe necesariamente derribar su resolución en el momento de dictar sentencia».

El defecto de legitimación ya no era uno de los argumentos. Porque, según las fuentes consultadas en el Supremo, los números ya estudiados y los datos positivos del Tribunal Constitucional que preside Pedro González Trevijano. Una disposición del TC establece que esta decisión adoptada durante la jornada no puede ser revisada por el Supremo. Y los magistrados de la sección cuarta lo sabían. Pero, según esas fuentes consultadas, prefirió quedarse con la espada de Damocles. Pero todo esto está a la altura de las expectativas en la gran batalla de la ley de amnistía.

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En este contexto, funciona el actual presidente del CGPJ, Vicente Guilarte, pidió «mover el árbol» con la idea de facilitar la reestructuración dejando al CGPJ la competencia para maquillar los números de la discordia. Para ello, se pedirá directamente a los jueces, a través de la mediación del CGPJ, mediante concursos, que recurran a sus presidentes en el ámbito provincial y autonómico, audiencias y tribunales superiores de justicia. A cambio, los magistrados que integran el Tribunal Supremo serán nombrados por un «tribunal» que estaría integrado por una de las voces del CGPJ.

Más después del evento, la idea de Guilarte contraviene la Constitución. Por la coincidencia de que esa manzana de la discordia -los nombramientos- la Constitución la atribuyó al Consejo General del Poder Judicial.