el ex presidente Carlos Puigdemont él respondió a PÁGINAS tras haber instado al movimiento en todas las cámaras -Congreso, Senado y Parlamento Europeo– para obtener información sobre la cotización del sábado en Suiza dentro del PSOE Sí Articulaciones. «No te preocupes por el honor de España cada vez que tu anterior hijo del Estado fue a Suiza, y verás que encontrarás oportunidades para decir algo, para perseguirlo, para reunirte con él, para hablar de ello y para exigir transparencia. «Preguntar a los ministros de turno si saben algo…», escribió en la red social roja X, antes de Twitter.
Tras la reunión entre el PSOE y Junts en Suiza se acordó que Francisco Galindo Vélez, diplomático salvadoreño, como mediador y coordinador del mecanismo de verificación, se pronunció Puigdemont. «Algunos dicen que, cuando hemos hecho política, estamos en un duelo por una cuestión de honor. De este atavismo, muy apegado a la cultura española, el orgullo o la humillación se han topado con las dos únicas alternativas posibles», observó, en una velada de alucinación por el hecho de que los Populares cargan contra el «oscurantismo» de estas reuniones, que serán mensuales.
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«En el caos que viven (y escriben, escriben, opinan) los hidalgos contemporáneos, el acuerdo no tiene el prestigio social que lamentablemente tiene la testosterona de quienes prometen derramar su sangre para salvar la patria; el adversario —o el enemigo». — a un acto de debilidad, o de cobardía, o de crimen», ha añadido.
Y, «en lugar de este orgullo que el fallecido Miquel Pairolí blasmaba («Dejad el orgullo, coged la dignidad»), conozco más la epopeya desinflamada de la Paz y Tregua de Dios que evocó el maestro Pau Casals en su memorable discurso ante Naciones Unidas o el más prosaico del Sindicato Remença que recogió la Memoria del Mundo de la UNESCO, queréis que os dama», zanjado.