jueves, enero 23

Panamá lanza advertencia a Nicaragua por actividades políticas en su embajada: el caso de Ricardo Martinelli

El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, informó este jueves que su administración ha emitido una advertencia formal al Gobierno de Nicaragua por las actividades realizadas en su embajada en Panamá, donde el expresidente panameño Ricardo Martinelli busca asilo político. Mulino afirmó que la solicitud fue hecha directamente por él y no por su canciller, Javier Martínez Acha, subrayando la importancia de mantener la sede diplomática dentro de los límites establecidos por los convenios internacionales.

“Es importante que esta embajada sea utilizada exclusivamente para lo que corresponde al asilo, y no como un espacio de actividad política”, declaró Mulino en su rueda de prensa semanal. “No podemos permitir que ninguna embajada, sea ésta o cualquier otra, se convierta en un centro de actividad político-partidista, ni a favor ni en contra de nadie”.

El presidente panameño también señaló que esta es la primera advertencia formal en esta línea y que se espera una respuesta del Gobierno de Nicaragua. “Espero que la República de Nicaragua entienda esto. «Ésta es nuestra primera advertencia en ese sentido», afirmó. Sin embargo, Mulino evitó adelantar qué medidas se podrían tomar en caso de que Nicaragua no cumpla con este pedido.

El expresidente Martinelli, que gobernó Panamá entre 2009 y 2014, se encuentra asilado en la Embajada de Nicaragua desde febrero de este año, tras ser sentenciado a más de 10 años de prisión por el caso “Nuevos Negocios”, en el que se le acusa de dinero. lavado. Martinelli ha sostenido que es inocente y que es objeto de persecución política, declaraciones que ha sido reiterada por su portavoz, Luis Eduardo Camacho.

Un conflicto diplomático en ciernes

La decisión de Mulino de emitir esta advertencia refleja un creciente malestar en el Gobierno panameño ante el uso que se le está dando a la sede diplomática nicaragüense. Según el mandatario, el llamado de atención tiene como objetivo garantizar que se cumplan los acuerdos internacionales relacionados con el asilo político.

“Esta no es una decisión tomada a la ligera. En el lenguaje diplomático, convocar a un embajador en la Cancillería es una señal de que el tema es serio”, explicó Mulino, en alusión a la reunión que el canciller panameño sostuvo con el embajador de Nicaragua.

Sin embargo, el presidente no ocultó su frustración al referirse a Nicaragua como un “país que no tiene ni Dios ni ley”, sugiriendo que el diálogo con ese Gobierno no es fácil. «Debemos entender que no estamos ante un país cualquiera, respetuoso del derecho internacional», añadió Mulino, insinuando la dificultad de gestionar este tipo de tensiones diplomáticas.

Antecedentes políticos de Martinelli

Ricardo Martinelli, figura polarizadora de la política panameña, ha sido objeto de múltiples investigaciones y procesos judiciales desde que dejó la presidencia en 2014. Su condena más reciente, relacionada con el caso “Nuevos Negocios”, lo llevó a buscar refugio en la embajada. . Nicaragüense en Panamá, lo que ha generado polémica tanto a nivel nacional como internacional.

Pese a las acusaciones en su contra, Martinelli ha mantenido su inocencia y ha calificado los procesos judiciales como una persecución política orquestada por sus opositores. Su presencia en la embajada de Nicaragua ha provocado críticas en redes sociales y medios de comunicación, donde se ha señalado que el expresidente podría estar utilizando su estatus de asilado para influir en la política panameña desde el exterior.

CNN intentó contactar al portavoz de Martinelli, Luis Eduardo Camacho, para obtener una reacción oficial a las acusaciones del Gobierno panameño, pero al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta. Asimismo, la Embajada de Nicaragua en Panamá declinó hacer comentarios, alegando la falta de autorización de su Gobierno para abordar el tema.

Un delicado equilibrio diplomático

El asilo político es un derecho reconocido internacionalmente y regulado por acuerdos que buscan proteger a quienes enfrentan persecución injusta en sus países de origen. Sin embargo, la interpretación de estos acuerdos puede variar, y el caso Martinelli ha puesto a prueba la relación entre Panamá y Nicaragua.

La advertencia de Mulino parece ser un intento de establecer límites claros al uso de la embajada de Nicaragua, pero también refleja una creciente frustración dentro del gobierno panameño por lo que perciben como una interferencia en la política interna del país.

Por ahora, el Gobierno de Panamá ha optado por adoptar una postura cautelosa, limitándose a una advertencia inicial. Sin embargo, Mulino dejó abierta la posibilidad de tomar medidas más fuertes si Nicaragua no responde satisfactoriamente. «Esperemos que suceda y luego actuemos», dijo el presidente, sugiriendo que éste es sólo el primer paso de un proceso que podría intensificarse si el conflicto no se resuelve.

El impacto en las relaciones entre Panamá y Nicaragua

El caso Martinelli no sólo ha puesto en el punto de mira a la embajada de Nicaragua en Panamá, sino que también ha tensado las relaciones bilaterales entre ambos países. Las declaraciones de Mulino, en las que calificó a Nicaragua como un país que falta al respeto del derecho internacional, podrían complicar aún más el panorama diplomático.

Por otro lado, Nicaragua no ha emitido una respuesta oficial a la advertencia del Gobierno panameño, lo que deja en el aire la posibilidad de una rápida resolución del conflicto. Sin embargo, la falta de acción podría interpretarse como un desafío a la solicitud de Panamá, lo que podría conducir a una escalada de tensiones.

Un caso que divide opiniones

La situación también ha generado opiniones divididas dentro de Panamá. Mientras algunos sectores respaldan la postura del Gobierno Mulino de exigir respeto a los acuerdos internacionales, otros consideran que el manejo del caso Martinelli ha sido politizado y podría tener consecuencias negativas para la imagen del país en el ámbito internacional.

En cualquier caso, el futuro de esta controversia dependerá en gran medida de cómo respondan las partes involucradas. Para Mulino, la prioridad parece ser garantizar que se respeten las normas diplomáticas y proteger la soberanía panameña. Sin embargo, el camino hacia una solución definitiva sigue siendo incierto y el caso de Ricardo Martinelli promete seguir siendo tema de debate tanto en Panamá como en Nicaragua.